La asociación Panal es una entidad que trabaja por
la protección y promoción del patrimonio artístico, cultural y natural de Nalda
(La Rioja) y su entorno. Trabaja tomando como premisa la apropiación social del
patrimonio por todas y todos y para todas y todos, con el fin de protegerlo,
mantenerlo, mejorarlo e incluso promocionarlo desde los principios de los
saberes ancestrales y culturales y de nuestra memoria biocultural.
Panal pertenece a la Red REAS Rioja porque trabaja
bajo los seis principios básicos de la economía solidaria y cree firmemente en
ellos para la mejora de la sociedad en la que vivimos. Además de creer
firmemente en la equidad en el trabajo y en el trabajo de todas y todos,
voluntario principalmente durante casi todo el tiempo que lleva funcionando
esta asociación, de forma cooperativa y sin ánimo de lucro, en el último año,
los esfuerzos de esta entidad se están centrando en sacar adelante el proyecto
de “El Monte de los árboles con nombres”.
Bajo este proyecto, la asociación hace un guiño al
pasado y busca los viejos saberes tradicionales y culturales sobre el monte y
los usos forestales, tratando de trabajar la verdadera sostenibilidad ambiental
y el compromiso con el entorno. Y en qué consiste este proyecto?
El proyecto surge de la necesidad de recuperar el
monte, en el que cada día se pueden encontrar más fincas en desuso, yecas,
compactadas y llenas de matorrales de monte bajo degradado. El proyecto se va
gestando con el firme compromiso de mejorar el paisaje de nuestro monte,
valorizar esas fincas que en su día sirvieron a nuestros abuelos para el
ganado, los cultivos de secano, las especies forestales madereras, micológicas…,
y con el objetivo de trabajar mitigando
el cambio climático y tratando de dar nuevos usos que nos ayuden a
reconvertirnos en estos momentos de crisis ideológica, cultural, social y
también económica.
Por ello, Panal promueve la cesión de las parcelas
de manera solidaria de parte de sus propietarios a la asociación durante unos
años para trabajar en ellas, plantar, cultivar, limpiar… y logra una red de más
de 3 hectáreas de terreno solidariamente cedido al uso para el proyecto.
En paralelo a esto, se incentiva a la implicación
particular y grupal de todo el mundo que no tenga tierras pero que quiera
participar, apadrinando un árbol en alguna de estas fincas o montes y ayudando
a conformar el llamado Monte de los árboles con nombres. Los árboles serán
especies adaptadas y variadas, para fomentar la biodiversidad y la convencía de
usos forestales e incluirán especies micorrizadas para lograr producción en
varias alturas. Todo este proyecto está rodeado de estudios para la
recuperación de memoria biocultural asociada al monte, estudios biológicos de
biodiversidad para resaltar la importancia de nuestros montes y de la figuras
de protección y promoción que los acompañan (como en nuestro caso la Red Natura
2000), experiencias piloto de plantaciones experimentales para la recuperación
de ciertos cultivos tradicionales (lino, vencejos…), la recuperación de un
humedal degradado y de una ermita en medio del monte para refugio de montaña.
El proceso, tal y como se pretende en cada una de
las acciones de esta asociación, impregna todos los estratatos y viene desde
abajo en todos los niveles de participación ciudadana: escuela, cooperativa de
frutos, proyectos de huertas, cooperativas de jóvenes, Clú de jóvenes, cooperativas
de trabajo asociado, vecinos y vecinas… El objetivo, la apropiación social del
patrimonio natural de Nalda bajo la única forma posible de no perderlo, usando,
trabajándolo y enseñándolo a otros.
Este proyecto está apoyado fuertemente por una
subvención de Fondos Leader (80% del presupuesto del proyecto) y gran parte de
estos fondos se han destinado a la contratación de personas para los trabajos
derivados de la plantación, cuidado y limpieza de los bosques, así como para algunos
estudios como la memoria biocultural y las especies de invertebrados de interés
ligadas a las directivas hábitat y a la Red Natura 2000. También parte del
dinero se utilizará para la recuperación de una ermita derruida en el monte de
San Marcos y para la limpieza del río Torredano en el mismo término.
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