El proyecto


Todos y todas en Nalda, un pequeño pueblo de La Rioja, llevamos ya tiempo escuchando el rumor del Monte de los Árboles con Nombre que crece en las montañas de Nalda. Ya sabemos que impulsado por Panal (Asociación para la Protección del Patrimonio de Nalda, www.panal-nalda.org) y con la colaboración de la asociación para la generación de empleo en igualdad y para el desarrollo sostenible, El colletero (www.elcolletero.org), se ha ido conjugando recuperación del patrimonio ambiental y cultural (Memoria biocultural de Nalda) con la generación de empleo, impulsando al mismo tiempo  el aprovechamiento sustentable de los recursos para lograr el tercer objetivo: el desarrollo sostenible. El monte crecerá de nuevo con criterios de aprovechamiento forestal y no sólo criterios lúdicos. El monte será una herramienta para paliar problemas causados por la dejadez y la inacción, como el cambio climático. Y también el monte volverá a ser una fuente de alimentos y conocimientos para el ser humano y el resto del ecosistema.




Recuperación del monte de Nalda y de los usos forestales

Las áreas de montaña de La Rioja, que suponen el 50% de la extensión de la Comunidad Autónoma, vienen sufriendo un proceso de pérdida de población y de desaparición de las actividades económicas tradicionales desde hace un siglo. Este hecho ha acarreado una modificación profunda de los usos del espacio agrario y una desaparición de las actividades agroforestales que venían llevándose a cabo en él como es el caso de la ganadería. La consecuencia más visible de estos cambios en cuanto a la morfología espacial, ha sido la puesta en marcha de procesos de matorralización, que han afectado sobre todo en las áreas que, en el sistema productivo tradicional, estaban destinadas a campos de cultivo, pero también en zonas boscosas.
Panal ha decidido impulsar, con el apoyo de todas y todos, un proyecto de recuperación del monte de Nalda en todos sus sentidos, natural, patrimonial, cultural, paisajístico, a través de la reforestación y el cultivo de especies agrarias tradicionales para usos culturales a punto de desaparecer. El proyecto lo motiva el deterioro que sufre el paisaje, la pérdida de identidad campesina y el abandono del monte y todos sus usos históricos, además de la lucha contra el cambio climático.

¿Qué se pretende?

La recuperación del monte y el boscaje como espacio social y cultural del medio rural y la recuperación en paralelo de la cultura y los usos que permitieron durante siglos un desarrollo más adecuado para la sostenibilidad y la convivencia del ser humano con su medio son los motores que nos impulsan a intentar un proyecto demostrativo que sirva para la inserción laboral y social de colectivos con dificultades mediante la formación y la relación con su medio natural.
Se pretende aumentar la masa forestal del monte de Nalda con árboles micorrizados y no micorrizados, arbustos y especies forestales varias que logren que el bosque sea productivo y sostenible en todas sus alturas y estratos. Todos los árboles serán apadrinados por una persona y llevarán el nombre de esa persona o de la que elijan y además en la ejecución del proyecto se generará empleo para las acciones agroforestales y se posibilitará la producción y valorización del suelo con posibilidades a largo plazo.
Micorrizados quiere decir que al árbol se ha incorporado otros organismos que viven en asociación positiva (simbiosis positiva) con la raíz del árbol dando lugar al crecimiento de trufas, setas varias, boletus, níscalos...

Innovación y tradición

A través de este proyecto, Panal y Nalda hacen lucha activa contra el cambio climático, ya que con  los árboles se logrará absorber los gases de dióxido de carbono generados en las actividades industriales, los vehículos, las calefacciones y la mayoría de nuestras actividades diarias. El bosque volverá a ser el pulmón y el purificador del aire que debe ser ahora y siempre.
Al mismo tiempo, los árboles serán productivos y los fines serán de aprovechamiento sostenible de los recursos a través de la gestión forestal maderera sostenible, la micología, la compatibilización de usos ganaderos y forestales (plantaciones sin vallados, sólo con protectores individuales en los troncos), la conjugación del bosque y de  las zonas de usos agrario en el monte...
Esta será una actuación en el medio rural, dentro del monte y los bosques del mismo, y recuperará saberes ancestrales, en algunos casos, y siempre culturales para crear empleo y desarrollo sostenible trabajando valores medioambientales, de consumo responsable, cooperación, economía solidaria...
Uno de los puntos fuertes del proyecto es la implicación de toda la sociedad en el proyecto a través del apadrinamiento de árboles, pero también de la cesión de parcelas para usos destinados al desarrollo de las acciones del proyecto. Hasta el momento se han completado más de tres hectáreas de parcelas cedidas para el proyecto y se cuenta con el proyecto de unos 20 propietarios privados y públicos para la forestación en ellas.

Además dos de las apuestas fuertes del proyecto son:

1. Trabajar en la Red Natura 2000 como lugar para el desarrollo sustentable y sostenible y ejemplo de uso racional de los recursos, la recuperación del patrimonio y de la cultura y la puesta en valor de los saberes para avanzar hacia el futuro. Nalda se encuentra en uno de los Espacios Naturales de La Rioja considerados de especial interés por Europa y denominado Peñas del Iregua, Leza y Jubera.

2. Luchar contra el cambio climático trabajando de otra forma, recurriendo a métodos y prácticas manuales y tradicionales, incorporando sumideros de carbono naturales como los árboles y primando el trabajo de las personas al de las máquinas.
En términos generales, se calcula que una hectárea de bosque original o repoblado puede llegar fijar 20 toneladas de CO2 al año. Precisamente, esta fijación de carbono y su almacenamiento en las masas forestales y en los productos obtenidos a partir de bosque se garantizan mediante la forestación y la gestión forestal sostenible.

Otras acciones del proyecto

Restauración de la ermita de San Marcos con piedra, adobe y otras técnicas a partir de sus ruinas

La restauración de la ermita de San Marcos es parte de la recuperación de patrimonio (en este cultural y social) de Nalda y sus pobladores. Esta ermita ubicada en el paraje de San Marcos a poca distancia del chorrón de San Marcos, es un elemento muy significativo para la cultura, la tradición y la historia de Nalda.

La recuperación de las ruinas se propone como decisión popular con las aportaciones de los vecinos y vecinas y con fines sociales principalmente. Se planea que será un posible refugio del fuerte calor en verano y de las tormentas y la lluvia en otoño para ocasiones especiales como la Romería de San Marcos o la limpieza del Río Torredano en vereda vecinal.


Ampliación del espacio de recogida de aguas de la charca humedal del Torredano en San Marcos  
En el paraje de San Marcos, el río Torredano se abre paso entre la vegetación y en un punto a la altura de la ermita más o menos, se embalsa agua de manera que se genera un reservorio natural para la alimentación del riego de las huertas del Torredano aguas abajo. Este reservorio a su vez es un lugar de alta densidad de biodiversidad y de fuerte arraigo cultural y tradicional para los naldenses, sobre todo en el ámbito de la cultura del agua y del riego a manta de los campesinos.

La recuperación del espacio bajo la visión de los más antiguos y sabios del municipio requiere de la limpieza del lugar para volver a ver el curso de agua y el pequeño embalse natural que se formaba como lo podían ver nuestros abuelos. Inicialmente se propusieron actuaciones de todo tipo y con maquinaria, pero en la gestación del proyecto global se ha ido considerando cada vez como más importante la necesidad de actuar mínimamente para conseguir los mejores resultados. Además esto mejora uno de los objetivos del proyecto que es el de minimización de la huella de carbono de las actuaciones y permite la incorporación de mano de obra a este tipo de labores.


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